viernes, 11 de febrero de 2011

UN ARTICULO PARA COMENTAR

Más universidades no necesariamente es mejor

Por Hans Rothgiesser
10 de Febrero de 2011

Ha pasado desapercibido, pero es bastante relevante. Se acaban de publicar los resultados del II Censo Nacional Universitario con información recogida por la Asamblea Nacional de Rectores y del INEI respecto de la situación del mercado de la educación superior universitaria en el Perú. La información publicada es muy extensa y echa luces sobre varias dudas que se podían tener sobre cómo iba la comunidad universitaria en el país.
Lo primero que debería llamar la atención es el fuerte crecimiento de esta comunidad. Se ha pasado de 57 universidades en el 1996 a 100 en el 2010. Este crecimiento está explicado básicamente por el número de privadas: de 29 a 65, lo que mostraría que se trata de un buen negocio.
El número de los alumnos también ha crecido fuertemente (de 335,714 a 782,970), así como el de los docentes (de 25,795 a 59,085, lo que implica que la proporción se ha mantenido alrededor de los 13 alumnos por docente). Sin embargo, además de los aspectos que seguramente serán tomados en cuenta para elaborar políticas de promoción de la calidad de la educación superior (como que apenas el 63.7% de los censados manifestaron utilizar un procesador de texto y un 52% usar una hoja de cálculo), hay algunos datos que llaman la atención acerca de lo rentable que es este negocio. Por ejemplo, parece interesante que casi la mitad de la población universitaria –una noción que se puede alterar con la correcta inversión en publicidad, para bien o para mal– haya escogido su casa de estudios sobre la base del prestigio de la universidad, si las encuestas muestran que la mayoría de las universidades en el Perú gozan de una pésima reputación.
¿Quiere esto decir que los alumnos se están resignando a estudiar en una universidad que saben que es mala, apelando a su habilidad luego para sobresalir? ¿O es que caen presas de la publicidad de estas universidades y luego se decepcionan? Sobre todo porque distintos informes muestran que en la práctica hay un desfase entre la oferta de carreras que brindan las universidades en el Perú y lo que el mercado laboral demanda. Este documento de Manpower analiza el fenómeno.
Es más, según una encuesta hecha por el Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima en noviembre del 2009, apenas la mitad de los empresarios confía en las universidades públicas (50.3%), mientras que el 96% confía en las universidades privadas. No obstante, otras consultas muestran que no tienden a contratar de todas las universidades privadas. Así que al final este resultado debe interpretarse como que casi todos los empresarios confían en las universidades privadas de las que terminan contratando, que son un puñado de casas de estudio privadas, salvo excepciones de facultades sobresalientes de algunas públicas.
Entonces, pareciera que hay una brecha de percepción entre lo que los mismos estudiantes esperan del esfuerzo que están aplicando, lo que el mercado laboral demandará de ellos y lo que los empresarios que los contratarán estiman que serán capaces de hacer. Quizás la principal intervención del Estado en este mercado imperfecto debería ser el de barrer con la asimetría de información que permita por lo menos acordar entre todos cuál es el terreno común.

1 comentario:

Simona Marìa Parraguez Carrasco dijo...

Muy interesantes los links del presente artículo, de modo especial lo concerniente a la Integración del Talento Latinamericano al mundo laboral y los resultados del II Cenro Universitario.
Muchas gracias.

Simona M. Parraguez Carrasco